Pues el domingo 16 tras haber salido el viernes anterior con Pablo y no me aclaraba si salir o quedarme en la cama, total que al final me visto corriendo y viendo que no llegaba al punto de reunión de Pablo y sus colegas me encamino para los Morales ya que su grupo le tiene cierta devoción a esta subida. No me metía por ahí desde mucho antes de la vacaciones del verano y una vez dejas los Morales a la derecha, subes la rampa de tierra y giras para encarar la subida propiamente dicha ahí que salvar un pequeño obstáculo formado por un par de salientes de piedra seguidos y un terraplén a la derecha, por la izquierda no se puede subir, de momento, bueno pues ese es un punto en el que o pasas las dos piedrecitas con decisión, o te bajas, o te dejas caer para la izquierda, pero yo sea por mi vértigo o por torpeza he acabado ya por lo menos tres veces en el terraplen, con tan mala fortuna, esta vez, que soble el desviador trasero y al intentar enderezarlo por más cuidado que puse, ya eran muchas las ocasiones en las que lo había hecho, la patilla del cambio saltó, se rompió para mi desdicha. Así que, me dejé caer hasta el Tablero y después patineta hasta casita. Ya está encargada a Canyon pero tardará una semana me han dicho. Espero que sea algo menos, con la rígida no me hallo. No descansé, no pude hacer rutita, cuando volví no pudimos salir los cuatro montados en bici a dar un paseo y encima espera que sólo sea la patilla del cambio y el desviador esté bien cuando coloque la patilla (toquemos madera).
José
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