Vaya 52 kilometritos que nos metimos ayer señoritos. Tal y como anuciaba Pablete, en la segunda mitad del recorrido pasamos calor, calor, calor. Cuando llegamos a las minas pensamos que subiendo la cuesta se nos iba a derretir el casco y su contenido. Aunque llegamos muy tarde, sobretodo porque la paradita que hicimos en Cerro Muriano para beber algo fresquito se alargó más de media hora por pedir un lomito, se ve que el marrano no se dejaba matar o yo qué sé. Con ésta damos por finiquitada la temporada de rutas quasi-campiñeras y a partir de ahora Bejarano y más Bejarano, al menos hasta que cada uno tire para un sitio distinto. ¡Ah, por cierto! PEDAZO DE PORRAZO que me di y que susto pasé por la tarde cuando me vi la rodilla tan hinchada y que no podía ni apoyar la pierna, aunque ¡ahí está el tio! por la tarde a la feria, cojeando, pero a la feria con los nenes. Me estoy haciendo viejo para esto de las caidas. Antonio, ¿cómo estás? que tú también te diste un buen morrazo, aunque lo tuyo es para enmarcarlo, mira que caerte en los chorritos de agua del vial, seguro que a tu nene le dices que no se monte ahí que es muy peligroso ¿eh? ¡qué ya no tenemos edad señores! Un saludo para todos y en cuanto me pase Pablo la foto la cuelgo, hasta lueguito,
José
